Razones para necesitar una terapia de pareja:
Estamos pasando
una crisis y no sabemos cómo salir de ella.
Los problemas de
comunicación pueden sustituirse por nuevas conversaciones.
El deseo sexual no
desaparece se disfraza, se oculta, se transforma.
Del enamoramiento
al amor, un paso decisivo y necesario.
¿Cómo gestionar
las diferencias familiares, laborales, económicas, culturales en la
relación?.
Celos patológicos.
He descubierto que
mi pareja me ha sido infiel.
Dependencia
emocional: adicción a tu pareja actual.
Cuando
surgen problemas en la relación de pareja y, a pesar de los
intentos, no se logra revertir la situación, lo mejor es acudir a
una terapia de pareja.
La
mirada de un profesional aporta a la relación un punto de vista
nuevo que facilita la resolución de los problemas de pareja,
encontrando soluciones satisfactorias para los mismos.
Superar
una crisis, mejorar la comunicación, resolver los conflictos con las
familias políticas o, incluso, poder mejorar las relaciones sexuales
son algunos de los motivos de consulta más comunes, pero no los
únicos.
Una
terapia de pareja es muy eficaz desde el primer momento, sea cual sea
el motivo de consulta, lo importante es que la pareja acuda a las
sesiones de terapia y que ambas partes hablen de lo que les pasa.
Estamos pasando una crisis y no sabemos cómo salir de ella:
Una
crisis en la relación, siempre puede ser una oportunidad de cambio
para volver a ser una pareja feliz. Las causas que pueden provocar
una crisis son muchas, pero algunas de ellas se repiten con cierta
frecuencia en nuestras consultas:
La falta de
entendimiento y de escucha activa.
Problemas de
comunicación.
Un acontecimiento
inesperado: Pérdida de un familiar o ser querido, cambio de trabajo
o desempleo, etc.
Un nuevo hijo, ya
sea el primero o no.
Descubrir algo de
la pareja que no me había contado.
Problemas con las
familias políticas.
Todas
estas situaciones, pueden perturbar el orden de la relación cuando
no son gestionadas adecuadamente. Saber tratar cualquier cambio que
modifique o altere la relación evitará la aparición de una crisis.
La
creación de acuerdos y pactos hace que la pareja se reafirme con
proyectos en común procurando estabilidad a la misma.
En
la terapia de pareja se consigue que la pareja haga “equipo” para
afrontar cualquier cambio conjuntamente transformando una posible
crisis en un crecimiento para la relación.
Los problemas de comunicación pueden sustituirse por nuevas conversaciones:
En
muchas parejas se producen problemas en la comunicación, estos se
producen porque:
No escuchamos.
Queremos imponer
nuestra verdad.
Cuestionamos al
otro, pero no nos cuestionamos a nosotros mismos.
Exigimos a la
pareja que sea nuestro confesor, nuestro psicólogo, o peor, que nos
trate como una madre o como un padre.
No consentimos que
nos contradigan o critiquen.
Siento agresividad
frente al otro y mi manera de mostrarla es no diciendo nada.
Queremos que la
pareja ADIVINE nuestros pensamientos sin mediar palabra alguna,
creyendo que el amor es eso.
La
comunicación en la pareja ha de ser fluida para poder consensuar
opiniones o poder llegar a acuerdos, o pactos que faciliten el
acuerdo.
Uno
de los logros más importantes que se consiguen en la terapia de
pareja es poner palabras donde no las hay, para que se establezca una
conversación entre dos personas semejantes pero diferentes, además
de practicar la escucha activa.
También,
tratamos de proporcionar las herramientas necesarias para que la
comunicación no esté dirigida por la razón o los sentimientos de
uno de los dos miembros de la pareja.
El deseo sexual no desaparece se disfraza, se oculta, se transforma:
Una
sexualidad satisfactoria es fundamental para el buen funcionamiento
de la relación. Muchas veces las relaciones sexuales se ven
perturbadas porque:
Tenemos muchos
prejuicios que limitan los encuentros.
Utilizamos el sexo
como premio o como castigo.
Creemos que lo que
nos gusta a nosotros es lo que le gusta a la otra persona.
Establecemos
horarios o determinadas rutinas para que se produzca un encuentro.
No hablamos de
sexo con nuestra pareja.
Otorgamos poco
valor al tiempo dedicado a nosotros mismos.
Igual
que es necesaria una conversación fluida en la pareja, la
conversación sexual, no ha de ser una imposición o una obligación,
ha de convertirse en un tiempo productivo de encuentro.
El
deseo sexual se alimenta de muchas cosas, no sólo de genitalidad. El
deseo sexual es complicidad, sensualidad, confianza, tiempo y, sobre
todo, palabras. Cuando faltan estos elementos en la relación, el
deseo sexual se apaga, dando prioridad a otras cosas de la vida. Pero
la energía genital solo puede descargarse por vía genital.
A
veces, se oculta tras un trastorno, inhibición, otras veces, se
transforma en agresividad verbal o incluso agresividad silenciosa,
una enfermedad.
El
fin sexual es la satisfacción y, aunque parezca increíble, si no se
consigue de una forma se consigue de otra, aunque implique malestar y
sufrimiento.
La
terapia de pareja facilita las herramientas necesarias para mantener
la llama encendida o para reavivarla si fuera necesario.
Del enamoramiento al amor, un paso decisivo y necesario:
Al
comenzar una relación existe un primer momento donde el
enamoramiento hace que la relación sea perfecta, el amado o la amada
son especiales y aparentan tener todo lo que se desea en una pareja.
El
enamoramiento es un periodo de idealización, en realidad lo que
sucede es que atribuimos al objeto de nuestro amor valores que
nosotros mismos deseamos o hemos deseado alguna vez.
Este
primer momento no dura mucho o al menos no debe durar mucho para
poder dar el paso al amor.
El
amor es lo que hace que la relación pueda ser estable. Pero un amor
donde lo importante es aceptar las diferencias y respetarlas y
comentar los distintos puntos de vista, aceptando la desigualdad
existente entre ambos.
En
la terapia de pareja se puede construir un amor sin medias naranjas,
sino siendo dos naranjas, ya que son dos vidas las que se comparten,
no dos medias vidas que se complementan formando una naranja.
Los celos en la pareja:
Los
celos son un sentimiento normal, no se pueden evitar porque forman
parte de la propia constitución. No celos nos hablan de un deseo, en
muchos casos los celos nos potencian a querer ser mejores. A
conquistar aquello que deseamos/celamos de una persona determinada.
Los
celos surgen con la aparición de un tercero, siempre son necesarios
3. La aparición de un tercero, puede desencadenar agresividad que
puede manifestarse en forma de rabia, odio e incluso violencia de
género.
Aceptarme
celoso es saludable, que reconozco mis deseos, el problema es
negarlos, si no los acepto los padezco.
No es malo sentir celos, lo
que es poco productivo es dejarme llevar por el sentimiento e invadir
la vida de la pareja: mandarle mensajes constantes para ver dónde
está, qué hace, cotillear el teléfono móvil en cuanto se da la
vuelta, incluso renunciar, uno mismo, a hacer cosas para que el otro
no las haga.
La
terapia de pareja ayuda a entender el mecanismo de los celos y
permite la transformación de las actitudes celosas, liberando a la
relación de fricciones innecesarias.
He descubierto que mi pareja me ha sido infiel:
Las
infidelidades son muchos más frecuentes de lo que pudiéramos
imaginar, muchas veces escuchamos decir: Me ha pasado lo que jamás
hubiera imaginado, me han sido infiel o he sido infiel. Y uno de
los signos para reconocer una infidelidad es el cambio de actitud que
se produce en el infiel.
Ante
una infidelidad lo mejor es acudir a una terapia de pareja, ya que
uno puede tomar decisiones de las que luego se arrepienta. Lo mejor
sin duda es consultar con un profesional.
En
las relaciones de pareja, muchas infidelidades no son por falta de
amor a la pareja sino por el contrario, son llamadas de atención de
auxilio.
Una
infidelidad tratada en las sesiones de terapia de pareja puede llegar
a ser un punto de inflexión para la relación, proporcionando
frescura en los lugares donde la rutina y la monotonía se habían
convertido en algo negativo.
Dependencia emocional: adicción a tu pareja actual:
La
dependencia emocional es un estado psicológico que se manifiesta en
torno a las relaciones, fundamentalmente en la relación de pareja.
En
muchas ocasiones, ser adicto a la pareja supone una situación
negativa que afecta a la vida cotidiana de ambas partes. Mantener una
relación basada en la dependencia emocional hacia la pareja, puede
llegar a convertirse en una relación tóxica y destructiva.
Los
principales motivos de la dependencia emocional pueden ser anteponer
los deseos del otro, olvidándonos muchas veces de nosotros mismos,
haciendo de nuestra felicidad la felicidad del otro, queriendo
complacerle en todo, volviéndonos controladores y dañando muy
probablemente la relación.
Ante
ello, los síntomas de la dependencia emocional son habitualmente la
idealización de la pareja, el miedo a la soledad, tener una
autoestima baja, el miedo al rechazo de la pareja, la necesidad de
agradar, sentimientos de vacío o culpa entre otros.
Puesto
que en el fondo lo que queremos es la felicidad de nuestra pareja sin
dañar la relación, vale la pena poner en práctica los consejos de
terapeutas de pareja que ayudarán a resolver los problemas con un
alto porcentaje de éxito.